28 May ¿Puede programarse el cerebro para ser más creativo?
«Hay que animar a las personas a que traten el fracaso como parte del proceso»,
Miron-Spektor
La pregunta eterna ¿Las personas muy creativas nacen o se hacen? ¿Es posible desarrollar la creatividad? Los estudios han demostrado que la creatividad deriva de una forma de pensamiento, más allá de un talento.
Es decir, si un sujeto se desarrolla en una educación que incentive el pensamiento ingenioso, entonces, este será más creativo. Y no solo eso, estudios recientes sobre la aplicación de un programa de Gerard Puccio, quien preside el Departamento de Creatividad y Liderazgo del Cambio en SUNY Buffalo State College, EE.UU, muestran que aún cuando no se tiene una cultura de creatividad, sus estudiantes han mejorado considerablemente su pensamiento creativo una vez tomado estos cursos.
El programa
A grandes rasgos consta de dos etapas: el pensamiento divergente o la generación de ideas, incluso descabelladas, y el pensamiento convergente, que es el que selecciona las ideas más realistas.
«Mucha gente simplemente no sabe que la creatividad es una habilidad que se puede entrenar», dice el profesor Gerard Puccio, quien preside el Departamento de Creatividad y Liderazgo del Cambio en SUNY Buffalo State College, EE.UU.
La evidencia muestra que, con la práctica, todos podemos aprender a pensar de manera más original en nuestra vida cotidiana. Por su parte, Martin Meinel probó recientemente un programa de capacitación en creatividad en la Friedrich-Alexander-Universität de Alemania en Erlangen-Nürnberg, con conclusiones muy similares:
«Puedes pensar en la creatividad como un músculo. Se necesita práctica constante para crecer y mantenerse fuerte. Los que fueron menos creativos al principio, obtuvieron los mayores beneficios».
Concéntrate en el aprendizaje y no tanto en el desempeño
Muchos estudios coinciden en que los perfiles de las personas que están más enfocados al desempeño son menos creativos, pues cuando tienen un fracaso, no lo ven como algo natural, sino que son muy duros con ellos mismos, y esa misma rigidez les hace menos innovadores y creativos.
Por otro lado, las personas que están más concentradas en aprender, están más abiertas y tienden a ser más flexibles con ellas mismas y con sus fracasos. Ello, curiosamente, les hace ser más creativos.
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